viernes, 4 de marzo de 2022

A alguien más le pasa lo mismo que a tí.

Cuando la persona que nos viene a hablar, nos cuenta una historia, que es la que estamos viviendo en carne propia.

Decimos, Dios, ¿es una señal?, "esa persona soy yo, siento que soy yo". Podemos vernos reflejados, por la situación, por sus sentimientos, por los hechos.

Y sí, yo creo que los mensajes que nos envía Dios vienen de diferentes maneras, y una es ésta, cuando llega una persona contándonos lo mal que está frente a una situación. La misma que nos aflige. 

Nos llega para ver y analizar, cómo vive el otro con esto, cómo lo resuelve, para que veamos que no somos los únicos con ese asunto en particular.

¿Te sentís mejor luego de la conversación?, pues es probable.

 "Al final yo no estoy tan mal como pensaba" : Tomamos conciencia.

"Otros se ríen de la secuencia", pues, podríamos considerar si es realmente grave, tanto como yo lo consideraba.

"Ella toma una buena actitud frente al problema", pues puedo considerar diferentes formas de resolver el tema. Escucho experiencias.

"Es un conflicto con el que varios lidiamos, esto le sucede a las personas". Consideramos que no somos malditos y únicos, no estamos solos, puede suceder. Hay que aprender a llevarlo.

Por eso es importante mantenernos en contacto con nuestra gente: amigos, conocidos, familiares. Hablar con los demás nos trae a la realidad, puedes pedir opiniones, consejos, escuchas experiencias, diferentes formas de resolución. Te desahogas, liberas de ti cargas, culpas, secretos. Confiesas y encuentras soluciones.

Aprendí algo muy valioso, cuando tu necesitas, tienes un objetivo, deseas algo: compártelo, cuéntalo, transmite cuáles son tus intenciones, todo se dispone para que eso se de. Les cuentas a los demás, y muchos te ayudarán, te darán una mano, un consejo, o harán de intermediario para con alguien más, que se comunicará contigo y te ayudará.

Todo se da, si lo pides. 

Ten calma y cada solución llegará en su tiempo justo, mientras tanto, ¿Cómo esperamos?, activos, trabajando, dando lo mejor de nosotros. No desesperar, ten calma, Dios siempre escucha, si le pides, pero también si le demuestras qué es lo que quieres y que lo mereces.

Trabaja duro, supera tus problemas con entendimiento, respira, busca la mejor solución, cuídate a ti mismo y la energía disponible hará el resto.



Todos estamos sufriendo por algo, intentando dar lo mejor de nosotros mismos.

Cuando esa persona te confiesa su situación, dile: "Me pasa exactamente lo mismo" "te entiendo yo lo viví"

Se sentirá mejor porque crecerá su esperanza de superación, se sentirá menos solo.

Bendiciones y muchos abrazos, para aquellos que me han acompañado en mis malos momentos. 

Mucha luz para los que luchan.


Georgina M.


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