domingo, 13 de diciembre de 2020

Escribir

"Ver Portugal de noche desde el avión, con todas las luces encendidas de la ciudad, y alejarme mientras tanto en la altura, fue muy triste, y lloré mucho. No quería irme, pero supe que era necesario. Cuando me dejaste en el aeropuerto te besé y nos dimos un abrazo. Yo entré y te miré a través del vidrio hasta que te fuiste. Te hubiese dado un abrazo más largo...". "Dejarte fue una de las cosas más difíciles. Ojalá entiendas cuánto yo te quiero, que especial eres para mí".

(Fragmento de una de las primeras cartas que escribí en Argentina).

 El amor de mi vida ha quedado un poco lejos de aquí, pero yo me encuentro más cerca de mí. Hoy saqué de un cuaderno, cartas que escribí para él. Desde que volví a mi casa aquel día, no he dejado de pensar en él. 

Escribir me ayudó a hacer catarsis con todo lo que venía viviendo. Cuento en otro posteo que sentí un "despertar" desde el momento en que lo conocí. Y desde allí muchas cosas cambiaron en mi persona y en mi entorno. Entonces sentí que yo, cada vez mejoraba en las cosas del día a día y vi como la vibración de mi mundo aumentaba. Y me gustó. Y seguí, seguí creciendo, aprendiendo. Comencé este 2020, encerrada en casa, claro por la cuarentena, a encontrarme a mí misma con las meditaciones, donde me ponía a reflexionar todas mis experiencias, mis relaciones: laborales, familiares, analizando mucho todo. Sanando, dejando ir, resignándome a ciertos asuntos. 

Escribirle cartas era sentirlo más cerca, sin percibir la diferencia horaria ni la distancia. Era contarle todo lo que deseaba, lo que sentía y cosas que me habían quedado por hablarle de frente.

Hoy me animo a abrir algunas cartas y ver qué escribí.

Una de aquellas dice: "...Por las noches necesito abrazarte, estos días se me están haciendo muy difíciles. Casi no duermo realmente. La noche está difícil..."

Y me hace acordar que en esas fechas, cuando iba a acostarme, miraba hacia mi izquierda buscándolo... no estaba, claro que no estaba junto a mí. Ya se me había hecho costumbre abrazarlo o que él me abrace para dormir, rezarle, o acariciarle la espalda. Recordé sus abrazos, porque el invierno en Portugal no es joda, si se siente el frío. Pero yo con él estaba bien.

Encontré palabras muy fuertes, en otra escribí: "... pero dentro de todo lo que hiciste por mí, decirme la verdad, fue lo mejor que hiciste hacia mí...".

"... cuando todo esto termine, voy a ir a darte un abrazo".

¡Cada vez encuentro más cosas! y entre tanto acá compartiéndoles esto se me caen algunas lágrimas pero también sonrisas.

Otra dice: "Talvez me extrañes o no, no sé, no lo dices. Y hay días como hoy que me quiero dar por vencida, no pensarte más, no extrañarte más.
Por momentos estoy muy bien, y por otros llegan recuerdos de momentos felices y pienso: ¡Qué pena, que lástima que todo dio así".


Hay más cartas por acá, pero es que todavía no me animo a abrirlas. Yo sé que todas están llenas de amor y agradecimiento. Donde expreso toda mi verdad, dejaré para más adelante las que quedan.
Aunque ya no sufro al extrañarlo, parece que las he escrito ayer.


¿Hace cuánto no escriben una carta de amor?, o con amor?
Es increíble como nos pueden ayudar a descargarnos, y sobre todo a transmitir si es que serán entregadas. Por el momento las mías son y serán mías, conmigo se quedarán. Pero si tienen la oportunidad, escriban. A sus madres, a sus amigas, parejas, a quienes quieran. Pueden escribir hacia ustedes mismos, o cartas de gratitud o pedidos al Universo, lo que se les ocurra, pero escribir los liberará de muchas cosas. Pasar a escrito nuestros pensamientos nos hace conscientes, nos ayuda a sentirnos mejor. Y con el tiempo, como es en este caso, pueden ver cómo fueron cambiando o no, sus sentimientos o pensamientos. 
Escribir nos ayuda a liberarnos, sacarnos de adentro lo que por alguna razón u otra no pudimos contar. Nos ayuda a organizarnos, ver qué tenemos, qué hicimos hasta ahora. Escribir proyectos nos ayudará a concretarlos: organizando fechas, costos. Escribir puede ser un hobby, puede quedar guardado en un cajón, ser publicado para muchos, o encenderlo fuego para que todo transmute, para los más espirituales. Escribir historias, pensamientos, resúmenes. Armar un diario de viaje. Escribir puede ser una compañía.
Esto fue un poquito de las "cartas a él" que me ayudaron a mi misma. Y se los comparto con la idea de contagiarlos un poquito del gusto por escribir, que genera muchas satisfacciones.
Prueben y verán.. 


Les comparto acá una Ciudad parte de este amor, Porto.





Que placer cuando los recuerdos que quedan son hermosos.


Maríns G.

Podes leer haciendo click 👇

Un placer haberlo conocido 💓

Lo miré y sabía que lo amaría 💙











No hay comentarios:

Publicar un comentario

Anuncio